Chelsea se enfrenta a la posibilidad de quebrar si el gobierno decide imponer sanciones contra el propietario Roman Abramovich, advirtió un destacado financiero.
El primer ministro Boris Johnson está bajo una presión cada vez mayor de los ministros y los principales funcionarios parlamentarios para confiscar o congelar los activos de Abramovich en el Reino Unido en respuesta a la invasión mortal de Rusia a Ucrania.
En 2019, Abramovich fue nombrado como una persona de interés debido a su “asociación pública con actividades y prácticas corruptas” en Rusia, y a principios de esta semana se confirmó que se implementarían medidas prohibitivas para apuntar al “círculo íntimo” de Vladimir Putin.
Sin embargo, Abramovich, quien tiene estrechos vínculos con Putin en el pasado, aún no ha sido sancionado a pesar de la confirmación a principios de esta semana de que los bancos y empresas rusos verían congelados sus activos.
Kieran Maguire, profesor de finanzas del fútbol en la Universidad de Liverpool, advirtió ahora que Abramovich, a quien el club le debe un préstamo de 1.500 millones de libras esterlinas, podría usar la naturaleza complicada de su propiedad en el Chelsea para evitar cualquier amenaza de sanciones gubernamentales, lo que puede poner en peligro el futuro del Blues a largo plazo.